lunes, 19 de septiembre de 2011

Yo sé que ver y oír a un triste enfada

Yo sé que ver y oír a un triste enfada
cuando se viene y va de alegría
como un mar meridiano a una bahía,
a una región esquiva y desolada.
Lo que he sufrido y nada todo es nada
para lo que me queda todavía
que sufrir el rigor de esta aognía
de andar de este cuchillo a aquella espada.
Me callaré, me apartaré si puedo
con mi constante pena instante, plena,
a donde ni has de oírme ni he de verte.
Me voy, me voy, me voy, pero me quedo,
pero me voy, desierto y sin arena:
adiós, amor, adiós hasta la muerte.

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